bienestar y la belleza, signo de los tiempos, objetivos buscados desde siempre, es hoy más que nunca signo de veneración hasta los límites de lo imposible. Cada mujer y hombre, especialmente en las culturas occidentales, busca mejorar su imagen corporal y su calidad de vida.
Es fundamental que cada persona busque no solo el momento oportuno, sino también al cirujano adecuado, para una solución adecuada, y es aquí donde la consulta adquiere una gran significación, y no debe tratarse como un mero trámite, ya que conocer a quien nos va a operar, es clave a la hora de tomar decisiones que nos van a llevar a un correcto resultado final.
Hoy, la ciencia posee interminables métodos y formas para lograr que todo esto se vuelva realidad.
Una realidad sensata, que depende en la gran mayoría de los casos de un encuentro único entre la biología, la contextura del paciente y la habilidad del cirujano para lograr el resultado final propuesto.
Y le doy gran significación a ese encuentro, ya que tanto en la vida como en la cirugía la primera oportunidad para prevenir, diagnosticar, tratar y hacer seguimiento de las patologías venolinfáticas para mejorar la calidad de vida de nuestros pacientes, es nuestra principal misión, siempre sin olvidar que detrás de cada paciente hay una persona a la que tenemos la obligación de cuidar y, en la medida de nuestras posibilidades, ayudar.
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